EL AMOR TRABAJA HORAS EXTRAS

mayo 1, 2025
7 min lectura
1 DE MAYO. DÍA MUNDIAL DEL AMOR.

Cada 1 de mayo, el mundo entero hace una pausa. Se bajan persianas, se apagan ordenadores y los grupos de wasap dejan de hablar de reuniones para pasar a hablar de barbacoas, siesta y ¡por fin un día libre! Todo bien hasta ahí. El 1 de mayo es conocido por ser el Día Internacional del Trabajo, jornada dedicada a la conquista de derechos laborales y al descanso merecido. Pero hay algo más…

Algo que no muchos saben. Porque también es el Día Mundial del Amor.

Sí, has leído bien. Amor con mayúsculas. No el amor cursi (bueno, un poco sí), ni el amor publicitario de bombones en febrero. Hablamos del amor que se entrega, que se esfuerza, que no cobra horas extras pero las hace igual. El amor que se queda cuando todo lo demás se va.

Y no, no lo inventamos las autoras de novela romántica para tener excusa de escribir escenas de beso bajo la lluvia. Aunque podríamos. Pero esta fecha tiene una historia y un sentido que merece ser contado.

¿De dónde sale esto del Día Mundial del Amor?

El origen no es tan oficial como el del Día del Trabajo, pero su intención es igual de fuerte: poner el foco en el amor como fuerza transformadora. Algunas organizaciones internacionales propusieron hace años visibilizar esta emoción que mueve el mundo, literalmente. Se habla de amor en todas sus formas: romántico, fraternal, propio, universal y un largo etcétera. Una especie de declaración emocional global.

¿Y por qué el 1 de mayo? Porque, simbólicamente, el amor también es un trabajo. Uno que nadie enseña a hacer, pero que todas terminamos aprendiendo a base de tropiezos, canciones tristes y alguna que otra novela que nos deja llorando en la página doscientos setenta y tres.

Puede parecer una combinación rara: sindicatos y corazones, derechos laborales y poemas con margaritas. Pero pensémoslo bien. Si algo nos enseñan las novelas románticas (las buenas, las que se escriben con alma), es que amar es trabajar. No con la pesadez de una oficina gris, sino con el compromiso de quien se presenta cada día, incluso cuando no hay música de fondo.

El amor exige:

  • Escuchar sin planear la respuesta.
  • Ceder cuando la razón no importa tanto como la paz.
  • Ser constante, no solo efusivo.
  • Perdonar sin usarlo como arma luego (esta cuesta, lo sabemos).
  • Respeto, por supuesto.

Ninguna relación florece con el piloto automático. Y eso lo saben nuestras heroínas favoritas. Desde Noelia Amarillo hasta Johanna Lindsay, pasando por Jane Eyre, todas han tenido que ponerle esfuerzo al asunto. Incluso Mr. Darcy, que muy digno él, también tuvo que aprender a bajarse del pedestal.

Este día también es una excusa para hablar de algo incómodo: lo fácil que es dejar de cuidar lo que se cree seguro. Como ese personaje masculino que empieza la historia siendo un desastre emocional, pero que en algún punto se da cuenta de que el amor no se sostiene solo. Requiere paciencia, tiempo, intención y presencia. Cosas que también exigen los trabajos más importantes.

Y no hablamos solo del amor de pareja. Está el amor por las amigas que te hacen reír hasta que se te corre el rímel, el de una madre que sigue enviando mensajes aunque no respondas nunca, el del gato que decide dormir justo encima del teclado. El amor cotidiano, silencioso, ese que no pide post en redes pero lo cambia todo.

Algunas curiosidades amorosas (hay muchas más, pero las dejaré para el día del amor comercial):

  • En Japón, el 1 de mayo también marca el inicio del «mes de las confesiones». Las declaraciones de amor son casi una tradición en esta época. 💌
  • En Finlandia y Suecia, hay una celebración llamada Vappu que mezcla fiesta, disfraces y brindis por la vida. ¿Amor? También. En todas sus formas. 🥂
  • Hay estudios en neurociencia que aseguran que leer novelas románticas reduce el estrés, mejora la empatía, desarrollan más sensibilidad emocional y comprensión hacia los demás y hasta mejora la calidad del sueño. Así que sí, tus lecturas de madrugada tienen beneficios científicos. Exacto, leer sobre amores imposibles también es crecimiento personal. 🤩
  • El amor activa las mismas zonas del cerebro que el chocolate. De ahí que muchas historias vengan con ambos: besos y cacao. Ummmm… 😋
  • El primer «emoji de corazón» apareció en 1995. ❤
    Lo usó un operador japonés en un mensaje móvil. Desde entonces, es el símbolo de amor más universal del mundo… y probablemente el más enviado a las 2 a.m. (Generación Z, porque la Y estamos ya 😴).
  • Hay una flor llamada «amorcillo del campo». ¡Oh, qué chuli! 😍
    Su nombre real es silene vulgaris, pero en algunos pueblos se la conoce así. Porque claro, hasta las flores tienen alma romántica. ¡Faltaría más!
  • Shakespeare usó la palabra «love» más de 2.000 veces.
    Y aún así, ninguna pareja suya terminó muy bien… ¡Vaya por Dios! Pero no le quitamos mérito, sentó las bases del drama amoroso moderno. ¡Este Shakespeare como mola, se merece una ola! 🌊
  • Hay un lenguaje secreto del amor con flores. 🌷
    Se llama floriografía. En el siglo XIX, la gente se declaraba con ramos que decían más que una carta entera. Por ejemplo: las lilas significaban amor joven; los tulipanes rojos, una declaración directa. El wasap de la época, vamos.
  • El amor también se traduce en pulsaciones.
    Estudios muestran que, cuando dos personas enamoradas se miran fijamente durante más de 3 minutos, sus corazones comienzan a latir al mismo ritmo. (Dato 100 % científico, 100 % de novela romántica).
  • En Corea del Sur hay un «Día del Amor» cada mes. 📅
    El 14 de cada mes se celebra una variante: el Día del Diario, Día del Beso, Día del Chocolate, etc. Romance con programación, casi como una saga de libros.

Y tú, ¿qué estás celebrando hoy?

Si estás leyendo esto, probablemente seas de las nuestras. De las que se emocionan con un «te esperé» más que con un plot twist (en español significa giro inesperado, pero suena más guay en inglés). De las que creen que una historia de amor no es solo entretenimiento, sino refugio, espejo y a veces, hasta terapia.

Hoy celebramos eso. Que aún hay quienes se permiten sentir. Que seguimos creyendo en los finales felices, pero también en los comienzos imperfectos. Que entendemos que el amor se construye, se equivoca, se reinventa.

Así que sí, el 1 de mayo es el Día del Trabajo. Pero mientras unos levantan pancartas, nosotras también alzamos libros. Mientras unos descansan de sus jefes, nosotras buscamos personajes que sepan mirar más allá del orgullo, lo mismo nos inspiramos en ellos (je, je, je).

Celebramos el amor que lucha, que no se rinde, que aprende. El que no está libre de errores, pero sí lleno de intención. El que también trabaja, pero con gusto.

Y si hoy no tienes pareja, no importa. El amor sigue ahí. En tus historias favoritas. En ti. En cada línea que subrayaste con el corazón latiendo más fuerte de lo normal.

Feliz Día Mundial del Amor.

Que nunca falten libros que te hagan sentir viva. Ni ganas de seguir creyendo.

¿Te gustó este artículo? Puedes suscribirte a mi newsletter y recibir contenido así (y más romántico aún) cada semana. No prometo Mr. Darcy o Mr. Grey en tu puerta, pero sí muchas risas y mucho amorcito del bueno.

Deja una respuesta